jueves, 29 de noviembre de 2012

02/07/08 03:03 a.m.


Y das la vuelta. Y despiertas con la garganta hecha pedazos. ¿Qué hiciste?

¿Qué pasó ayer?
¿Y el hospital?
¿Y la sangre?
¿Supiste que te golpearon casi hasta matarte?

SI.

Lamí  mi propia sangre. Sabía a tequila. Recuerdo un par de sujetos vueltos fieras. Apuntándome como si fuera el Jesucristo. ¡Ese, es el hijo de Dios! Nunca aciertan.

La bebida no está mal, el rocanrol no está mal, el mundo no está mal…. Según esto, SOY YO el que está mal.

Si lanzas una bengala y esperas a ver su brillo. Si pones una coma de más y esperas su pausa. Si esperas aplausos y un avión. Eres parte de. ¿Pero de qué forma?

Quiero tocar mi guitarra y gritar un tanto de poesía. Y quiero su dinero pero no su admiración. Quiero ese TOSTÓN. Más chela, jamón, salchichas, pan, leche, verduras y una que otra buena comida. No necesito pasaje. No tengo a dónde ir. Manténganme parado ante este teclado y les doy mis letras, mi música, mi cuerpo, mi alma. No mi alma no. Mi alma está aquí.

Esta es mi historia en alemán.

Venimos aquí sin nombre. Venimos aquí sin voz y crecemos y nos adaptamos. Pero cuando niños luchamos, los retamos. Y ellos se desesperaban, no comprendían. Se mofaban de nuestra inocencia y nosotros nos reíamos de su cuadradéz. Una carne azada y unas cervezas y un ron y todo aquello. Una pelota para los niños, una prima antojable un animal extraño en el jardín. ¿Qué pasa cuando los niños crecen y se beben tu licor y los reprimes y los conduces y ya eres demasiado viejo? Vienes a lamentarte y a rememorar tu esplendor. Tú que no hiciste nada. Tú que vienes a decirme que hacer a mi.

Sabe muy bien ver tu cara en el espejo y notar que no eres perfecto.

Él diría.: “¿qué es perfecto?, eso es subjetivo”. Pero ÉL no ha sentido el dolor del desprecio. El asco hacia uno mismo. Cual piedra pulida y con el dolor que eso implica a la piedra., me estoy viendo un poco mejor para este show. Y se siente bien, pero duele.

Y ahí vienen a atacar las hormigas con corbata. El redoble marca el paso. La verdad. ¿La verdad?. Un grito en el cielo, una luz heroína. Gasolina. Explosiva, La mente ociosa siempre dictará palabras de copia espontánea. Quisieras que hablara de mis mujeres o de mis padres., pero ellos sólo han sido una pérdida de tiempo. Un montón de peleas innecesarias. Una escuela, cual primaria. La manutención, el amor, la traición. Todos buscamos una familia lejos de la que nos gestó. Huimos como ratones y encajamos o nos vamos, buscando un mejor queso. Un queso trascendental.

Sí, me odias porque me amas, me amas por que me odias. Y así se escurren los sentimientos. Un coro milenario se cuela en el audio de un concierto donde toca Dios y Satán y pincha Krishna. Uno pedo, el otro pacheco y el último en ácido. Y bailamos a su ritmo. Conocemos la estúpida política de la redención y el presente. Sabemos de la corrupción de los sentidos y la renta de los ideales. Nos clavamos al sonido de una misma voz cavando nuestras tumbas al paso de nuestros grandes bailes. Y lo gozamos y lo vivimos y lo sufrimos y lo volvemos a gozar.

¿Cuál es el error?

¿Bailar al ritmo que te toquen?

La orquesta no es para bailarse, el orquestador es el universo, nuestra podrida ciudad, nuestro pequeño cielo, LA CIUDAD DE MÉXICO.

Y el gurú huye en un Volkswagen hacia el norte. NO resistió la prédica que recomendó. Valiente se lanza a la nada.

Ya sé que libro regalarle. Le diré que le preguntes al polvo.

 Olvida esas cosas que se acaban con la interrupción.

Llegó la policía y a pasar la noche en la cárcel.

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