Y
das la vuelta. Y despiertas con la garganta hecha pedazos. ¿Qué hiciste?
¿Qué pasó ayer?
¿Y el hospital?
¿Y la sangre?
¿Supiste que te golpearon
casi hasta matarte?
SI.
Lamí mi propia sangre. Sabía a tequila. Recuerdo
un par de sujetos vueltos fieras. Apuntándome como si fuera el Jesucristo. ¡Ese,
es el hijo de Dios! Nunca aciertan.
La bebida no está mal,
el rocanrol no está mal, el mundo no está mal…. Según esto, SOY YO el que está
mal.
Si lanzas una bengala
y esperas a ver su brillo. Si pones una coma de más y esperas su pausa. Si
esperas aplausos y un avión. Eres parte de. ¿Pero de qué forma?
Quiero tocar mi
guitarra y gritar un tanto de poesía. Y quiero su dinero pero no su admiración.
Quiero ese TOSTÓN. Más chela, jamón, salchichas, pan, leche, verduras y una que
otra buena comida. No necesito pasaje. No tengo a dónde ir. Manténganme parado
ante este teclado y les doy mis letras, mi música, mi cuerpo, mi alma. No mi
alma no. Mi alma está aquí.
Esta
es mi historia en alemán.
Venimos aquí sin
nombre. Venimos aquí sin voz y crecemos y nos adaptamos. Pero cuando niños
luchamos, los retamos. Y ellos se desesperaban, no comprendían. Se mofaban de
nuestra inocencia y nosotros nos reíamos de su cuadradéz. Una carne azada y
unas cervezas y un ron y todo aquello. Una pelota para los niños, una prima
antojable un animal extraño en el jardín. ¿Qué pasa cuando los niños crecen y
se beben tu licor y los reprimes y los conduces y ya eres demasiado viejo?
Vienes a lamentarte y a rememorar tu esplendor. Tú que no hiciste nada. Tú que
vienes a decirme que hacer a mi.
Sabe muy bien ver tu
cara en el espejo y notar que no eres perfecto.
Él diría.: “¿qué es
perfecto?, eso es subjetivo”. Pero ÉL no ha sentido el dolor del desprecio. El
asco hacia uno mismo. Cual piedra pulida y con el dolor que eso implica a la
piedra., me estoy viendo un poco mejor para este show. Y se siente bien, pero
duele.
Y ahí vienen a atacar
las hormigas con corbata. El redoble marca el paso. La verdad. ¿La verdad?. Un
grito en el cielo, una luz heroína. Gasolina. Explosiva, La mente ociosa siempre
dictará palabras de copia espontánea. Quisieras que hablara de mis mujeres o de
mis padres., pero ellos sólo han sido una pérdida de tiempo. Un montón de
peleas innecesarias. Una escuela, cual primaria. La manutención, el amor, la
traición. Todos buscamos una familia lejos de la que nos gestó. Huimos como
ratones y encajamos o nos vamos, buscando un mejor queso. Un queso
trascendental.
Sí, me odias porque
me amas, me amas por que me odias. Y así se escurren los sentimientos. Un coro
milenario se cuela en el audio de un concierto donde toca Dios y Satán y pincha
Krishna. Uno pedo, el otro pacheco y el último en ácido. Y bailamos a su ritmo.
Conocemos la estúpida política de la redención y el presente. Sabemos de la
corrupción de los sentidos y la renta de los ideales. Nos clavamos al sonido de
una misma voz cavando nuestras tumbas al paso de nuestros grandes bailes. Y lo
gozamos y lo vivimos y lo sufrimos y lo volvemos a gozar.
¿Cuál es el error?
¿Bailar al ritmo que
te toquen?
La orquesta no es
para bailarse, el orquestador es el universo, nuestra podrida ciudad, nuestro
pequeño cielo, LA CIUDAD DE
MÉXICO.
Y el gurú huye en un Volkswagen
hacia el norte. NO resistió la prédica que recomendó. Valiente se lanza a la
nada.
Ya sé que libro
regalarle. Le diré que le preguntes al polvo.
Olvida esas cosas que se acaban con la
interrupción.
Llegó
la policía y a pasar la noche en la cárcel.
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