jueves, 29 de noviembre de 2012

27/06/08 02:44 a.m.


La verdad se esconde en cosas bien simples.

Las personas que quieres, unos tragos y la decisión de ir más allá. La familia se encoje ante tales expectativas. Te llamarán un loco idealista con aires grandeza. ¿Pero qué hay de malo en ello?

Somos una raza territorial y celosa. Animales que prohíben. Así como suena. Somos nuestros, de uno cuantos. ¿Pero que hay del deseo?

 Ella se derrite en ello mientras la flor de la asasnia se marchita- Y ella no me dice nada. Y yo no le digo nada.

Sólo me da un poco de vergüenza desistir tan fácilmente. Ser como mis padres, y sus padres. Y los abuelos de mis nietos. Decido ser moral e inmoral mientras baile y claudique, mientras hable y blasfeme.
Dame vacaciones y verás como acabo con tu universo y con tu ideología y te presento a la muerte para que te invite un trago y bailemos todos y forniquemos y perdamos la importancia. Prometo no cortarte la cabeza y sacarte el corazón con una botella de mucho filo. Ella cantará como una santa, sintiendo nuestro peso, sin estar involucrada.

¿Pensabas que este sería yo? ¿Encima de ti, sacando lo mejor de ti?

Los viejos se han ido hace mucho tiempo. Sólo espero que olviden quienes eran, para poder ser brillantes estrellas.

El humo se levanta como una mañana desesperada, son mis pulmones queriendo elevarnos, hermanos, a otra atmósfera, a otro lugar.

Hemos de abrazar el futuro como venga, pero no sin antes pelear y dejar nuestras huellas tatuadas en las constelaciones.

Y hay solo una forma de traicionarme. Bésala, bésalo y el demonio se hará pedazos.

Ella es intocable, mierda. Folla y ama con cualquiera. No cometas el error de rozarle el brazo. Porque las llamas de un tabaco esperan por ti, amarrado a una silla.

Y para todas aquellas que esperaron que fuera el redentor:

Soy el inútil del siglo, la decepción de la vida, el perdedor de la década. Tómenme como un tipo parcialmente duro. Me gusta la lluvia, y el tabaco y ver cómo la muerte toma por sorpresa a cualquiera, o toma a cientos y a miles naturalmente. Sádico perdedor;  un fotógrafo de retratos de palabras. La vida, esa frágil puta, esa reina acompañada de su hermana muerte, tan atractiva y seductora, tan complaciente y fácil.

El trago fluye, el humo se eleva. El cuerpo engorda, el alma se agota.

No tengo nada que decirte, no soy nadie para perdonarte. Soy un pecador más bajo el sol. Ardería en el infierno, siempre y cuando dios me invitara a sus vacaciones.

Estoy atrapado en el resplandor. Algunos amigos míos sabrán de qué hablo pero no hablo de ti, cobarde adaptado que pisa letras para no perder registro.

¿Aun crees en la realidad? si no lo puedes hacer pregúntate que haces respirando… ese es el punto… estás muerto, y estás vivo.

¡MIRA A TU ALREDEDOR!

TE VOY A DECIR UN SECRETO.

Una sospecha se levanta rugiendo en la noche. Se amansa cual niebla soltando una nube vieja, verde. Todos esperan por mañana. Hay himnos confusos de esperanza. Hay que aguantar y dejar el cazar por sobrevivir. Me siento albergado y abandonado. Ellos piensan en la ciudad o el universo pero yo necesito dinero. ¿A caso alguien pagará por esto?

Necesito un tostón para más cerveza. Necesito otro tostón para más hierba. Necesito cincuenta centavos para sacarme este aturdimiento. Necesito valor para pagar por no bailar en este baile de mierda.


Déjame morir con esta voz horrible. Expulsa de mi cuerpo tu recuerdo. Bórrame, vuela en mi, déjame morir, así.

Confúndeme en verdades, en un talento abrupto. Oh si, mi realidad.

Sé  inmortal en mis pulmones, sé mi alma contaminante, que no fue nada, nunca fui algo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario