Suspira una caricia
mientras me miras.
Me imaginas tumbado
en tu colchón ansiándote como un desconocido cualquiera.
Ya me diste la clave
y el ritmo pero no me atrevo a preguntarte
tu nombre. Seguro es muerte. Pero tus pequeños pechos me llaman a pecar. Tus cajas
artificialmente construidas me dicen que podemos ser felices y que podemos
engañarnos unas horas para recordarnos toda la vida.
Mientras las alas del
cuarto oscuras y redundantes hablan de cómo lo hacemos, dentro de nosotros
estaremos preguntando nuestros nombres.
¿Por qué la timidez?
¿Por qué el recato? si nos conocemos de toda la vida. Los solitarios nos
repetimos cual patrón… es la gente la que no entiende la situación.
Tus tacones y tu
dulce costura rosa invitándome un pastel infantil que se traga cualquiera;
hemos de esperar la confusión y el pastel que se traga a cualquiera.
Llámame el día que
sea para hablar de cómo nos sentimos respecto a la vida; de cómo nos ha tratado
este desertor que nos ha descuidado después de traernos al desierto a buscar
plantas y semillas. Veamos como Saturno desciende mientras cuestionamos al hijo
de dios crucificado por su propia causa y convicción. Veamos como se hunde la
iglesia sostenida en sus fracasos y andamios por donde habita el verdadero espíritu.
No olvide dejar su diezmo.
El campanario retumba
dando la hora exacta de Roma, de occidente. Aquí siempre es una hora distinta
pero todos se arrodillan cual si supieran la verdad. Para mí ya no hay tiempo,
por eso siempre salgo ganando. Lamento que todo sea tan corto. La vida es solo
un rato… vamos por una cerveza y luego meditamos.
Los perros de la
noche andan sueltos inspirando alientos pasivos y violentos, donde la
enfermedad se contagia y se esparce cual popularidad. Los sonidos de la cabeza
de un seudo genio recorren las azoteas sondando el espacio breve, los planetas
no tan lejanos.
Y tú allá, muerta,
navegando sin mí. No podré acompañarte a donde vas, a menos que dejemos de
seguirnos ¿lo sabes?
Esto se empieza a
tornar aburrido. Como ver a un dios tocando el arpa y que sólo sabe una canción.
Abusamos de las palabras como si fuera mercancía y no medimos el impacto de nuestra
voz y el efecto que produce en los demás… ¿es justo? Qué importa…
La verdad creo que la
única justicia es la muerte. Nos empareja, nos limpia, nos purifica y nos deja
libres de nuevo. Listos para ser sometidos de vuelta. ¿Quién lo sabe? ¿Lo sabes
tú? Yo no lo sé…
…Carajo, él se
esfuerza demasiado para transportarnos…
Hubiera
de quedarse callado.
¿Quien
le enseña a un niño lo que es el rocanrol?
Tierno,
medio despierto.
Benito Juárez es un
héroe. El ADN contiene los genes. 2+2 son 4 y la física dice que la gravedad
dice que todos los pesos dicen que caen.
¿Quien
le enseña a un niño que es el rocanrol?
¿SEREMOS elegidos? ¿SEREMOS
accidentes? ¿SEREMOS aferrados? ¿SEREMOS encarcelados?
Huí,
dame un trago de cerveza, tibia, al estilo Beatnik… sigamos charlando.
A veces siento la
responsabilidad colgando de mi espalda, como una espada muy pesada que implica
el tener que cumplir. La reliquia que dejó tu padre muerto.
La verdad es que no
es que no quiera hacerlo.
Este sistema nos
compra gramo a gramo. Pretendo que mis noventa kilos de vida le pertenezcan a
nadie… a nada… déjenme morir gordo, ebrio y feliz… al menos 5 minutos.
Me gustaría que alguien
leyera mis palabras. Alguien por falso y barato que sea. Por reales y baratos
que sean.
Se ha desatado la
guerra, de mis rodillas al piso, del piso a mis rodillas. Si esto fuera un
ajedrez, se volvería algo religioso. ¿A caso he de volverme tan viejo como él
como para sonar a algo parecido?
Estoy harto del sexo
y de sus implicaciones. Nadie habla de la media luna. Nadie seduce. Todos beben
y bajan sus pantalones. Follan y sonríen sistemáticamente. Qué acto…. Para mí
ya no funciona…. Me sobresaltan los abrazos de extraños. Me incomodan los besos
de labios que no conozco. Escucha la promesa que ÉL te hizo mientras yo voy
recordando.
Prontamente
todo cambia.
Un
nuevo día florece.
Lleno
de dicha y tragedia.
Plagado
de lo mismo y algo más.
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